The Cruise Begins

El primer domingo de Spring Break nos fuimos a dormir a un hotel cerca del aeropuerto de Detroit porque teníamos que coger el avión a Fort Lauderdale (Florida) muy pronto por la mañana. Por la mañana fuimos al aeropuerto y pasamos tranquilamente todos los controles, que por mucho que digan que aquí son unos obsesionados con el tema, por mi experiencia son mucho más rápidos que en España. Además no tuve que hacer nada especial por no ser ciudadana estadounidense, cosa que está bastante bien, teniendo en cuenta lo pesados que fueron cuando llegué a Estados Unidos. Chesney se ento en mi asiento porque lo de volar no le gusta mucho y se empeñó en que quería ventana. Fue un vuelo de dos horas y pico y yo me pasé una y media durmiendo. 

Cuando llegamos a Fort Lauderdale recogimos las maletas y cogimos una lanzadera hasta el puerto de Miami. Asi que la ciudad de Miami en si no es que la haya visto, más que lo que vi por la ventana.

En el puerto tuvimos que pasar otro control y después hacer cola para que nos dejasen embarcar. Cuando ya estabamos en el crucero todavía no teníamos nuestras maletas, así que Kristi, Lisa, Chris y yo nos fuimos a comer algo y Chesney y Kate a tomar el sol. A las cuatro del mediodía o así, nos empezamos a mover hacia Nassau. 

El crucero en sí estaba bien, aunque claro que comparado con el Costa Concordia, pues sin más.Tenía un buffet donde había hasta comida china y una pizzería donde podías ir a comer a la una de la madrugada, cosa que por supuesto hicímos. 

Nuestra habitaciones estaban en la proa del barco, justo en la punta (las habitación tenía forma de medio pico), que es la parte que más se mueve del barco. Una de las noches tuvimos que poner una silla delante de la puerta del armario para que no se abriese y cerrase con tanto movimiento. Además, no sé por que, estábamos en habitaciones para minusválidos; teníamos un silbato por si alguien se caía o pasaba algo pudiera pedir ayuda y barandillas y un asiento en la ducha.

En el próximo post: NASSAU!